jueves, 31 de octubre de 2013

El mito del rey Midas

Midas en la mitología griega fue un rey de Frigia (antigua región de Asia Menor). Poseía una gran fortuna y vivía en un lujoso palacio, con un hermoso jardín de rosas. Midas, tenía una hija de nombre Zoe, a la que amaba profundamente.
Lo que a él lo hacía  sentirse muy feliz era la posesión de oro. Siempre contaba sus monedas de oro por diversión. Un día  el dios de la celebración Dionisio llegò a Frigia, acompañado por Silenio (dios menor de la embriaguez). Por su largo camino, éstos estaban muy cansados y se quedaron dormidos en el jardín de rosas. Midas los reconoció y los invitó a permanecer un tiempo en su palacio.
Dionisio, agradecido por su amabilidad, le dijo que le cumpliría cualquier deseo, a lo cual Midas respondió “deseo que todo lo que yo toque se convierta en oro”. Entonces Dionisio le concedió ese deseo.
A la mañana siguiente, el rey Midas se despertó entusiasmado para comprobar si su deseo se había vuelto realidad. Extendió los brazos tocando una mesita que de inmediato se transformó en oro. Corrió por todo su palacio tocando todos los objetos que tenía a su paso, que se iban convirtiendo en oro. Midas estaba muy feliz.
Pero al momento de desayunar no podía comer o beber ya que todo se transformaba en oro. Entonces, él comenzó a llorar. Su hija, al oírlo se acercò a consolarlo y al querer abrazarlo se convirtió en oro.
Midas, desesperado, le suplicó a Dionisio que le quitara el poder de transformar todo en oro.
Dionisio, conmovido, le dijo que la única  forma de revertirlo era que se lavara las manos en el río Pactolo. Mientras hacía ésto  Midas observó que una infinidad de pepitas de oro se acumulaban en el río  después, tomó un recipiente que llenó de agua  y la vertió sobre su hija la cual volvió a la normalidad.
El rey Midas, para celebrar que su hija estaba bien, obsequió todas sus posesiones materiales, y se fue a vivir a una cabaña junto a su hija y sus rosas, sintiéndose muy feliz por el tesoro que tenía que era el amor de su hija.
Este mito nos hace pensar sobre las consecuencias que tiene que nuestra vida este solamente destinada a cumplir nuestros deseos como el rey Midas que solo buscaba tener mucho oro aunque por suerte se dio cuenta a tiempo de su error y pudo recuperar a su hija.
Hoy en día ese oro puede ser el dinero, los lujos, etc. y si nos obsesionamos demasiado por ellos nos puede llevar a un estado de egoísmo ya que cada vez queremos tener mas e incluso nos puede llevar a cometer muchos errores por obtener más de esas riquezas.
Es importante saber identificar cual es la verdadera felicidad que en la mayoría de ocasiones no se encuentra en la riqueza, si no en otros aspectos de la vida mucho mas sencillos.

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